LA LECCIÓN DEL GIGANTE
En un bosque lejano había un castillo muy grande, frío, oscuro y tenebroso. En ese castillo vivían un rey y una princesa muy linda que se llamaba Flor de Lipa y tenía como amigos a un pulpo rosado, un pequeño sapo verde y un viborón de agua.
Cerca del castillo vivía un gigante muy malo, malísimo.
Cierto día el gigante fue al castillo a atacar a flor de lipa, llevaba una gran rama de árbol para pegarle a la princesa. Pero el rey, que siempre estaba atento al peligro le tiró una espada que tenía un poderoso tranquilizante en la punta.
Los amigos de la princesa hablaron con el gigante y lo convencieron para que se hiciera bueno y él aprendió que tenía que ser bueno con los demás.
Luego el gigante fue bueno con la gente y un día todos se reunieron a comer en el castillo: el viborón comió gusanos, el pulpo calamares, el gigante un pavo, la princesa sopa de vegetales y el rey mazamorra. Todos compartieron el mismo postre: helado y fueron muy felices.
EL MUNDO AL REVÉS
Había una vez un pueblito llamado “Mundo al revés” porque todo lo que allí pasaba era diferente a las otras ciudades. Allí vivían Kakách que era un indio guerrero, una señora muy mentirosa y Coqueta y su hermanito menor que se dedicaban a cuidar un rebaño de arañas.
Cierto día Coqueta y su hermanito estaban cuidando a las arañas para que no las comiera Kakách porque su alimentación consistía en arañas gigantes, pero el sueño los venció y los dos se durmieron. El guerrero llegó al lugar y comió a las arañas más grandes del grupo.
El domingo la señora mentirosa fue a casa de su suegra y dijo que su gata Luna se había ido a bañar al río y que un sapo que hablaba sabía quién había comido a las arañas, que el sapo le había dicho que Kakách se había comido las arañas gigantes.
Nadie le quería creer porque ella siempre decía mentiras. Para que los vecinos comenzaran a confiar en ella fue a hablar con el guerrero y lo convenció de que no comiera más arañas.
LA SELVA DIVERTIDA DE LA VICUÑA
Había una vez una selva inmensa, gigante, con pastos amarillos y árboles muy altos con hojas rojas. Las casas de sus habitantes estaban construidas con árboles: el tronco y las paredes eran de hojas de palmeras y el techo de hojas de ombú.
Una de las familias que allí vivían estaba integrada por el padre Kakách, la esposa Kokua y sus dos hijos: Tanqui era el mayor y el menor era un duende al que llamaron Brinca Tablón. Una tarde los hijos estaban muy tristes porque no tenían mascota y su papá, que los veía llorar también se entristeció y fue a buscarles animalitos al gran pantano de la selva.
Cuando llegó al lugar se encontró con un cocodrilo feroz, terrorífico y malo, ¡sintió un escalofrío! Pero siguió buscando mascotas. Más tarde encontró a una dulce vicuña y a un alegre mono. A Kakách le dio pena llevárselos como mascotas y sacar a estos animalitos de su hogar, entonces tomó una decisión: que todos los días sus hijos fueran a visitar a los animales.
Todos se sintieron muy felices y aprendieron una gran lección: que no todos los animalitos porque son lindos y buenos se pueden llevar a vivir con las personas como mascotas y así todos vivieron felices por siempre.
LOS AMIGOS
Había una vez una selva muy grande y calurosa en el día, pero a la noche era muy fría. Allá vivían los indios en toderías y una princesa aborigen llamada Deslinda tenía un castillo alto, dorado y muy bello. Todos vivían con miedo porque un gigante malvado quería matar al cacique Jualá.
Un día formaron un grupo para luchar contra el gigante y pidieron ayuda a Peter Pan que llegó a ayudarlos acompañado de sus colaboradores: el cabrito y el elefantito Belfo.
Salieron todos a recorrer la selva y se encontraron en un lugar misterioso con el gigante. Hicieron un campamento para enseñarle a compartir.
En un bosque lejano había un castillo muy grande, frío, oscuro y tenebroso. En ese castillo vivían un rey y una princesa muy linda que se llamaba Flor de Lipa y tenía como amigos a un pulpo rosado, un pequeño sapo verde y un viborón de agua.
Cerca del castillo vivía un gigante muy malo, malísimo.
Cierto día el gigante fue al castillo a atacar a flor de lipa, llevaba una gran rama de árbol para pegarle a la princesa. Pero el rey, que siempre estaba atento al peligro le tiró una espada que tenía un poderoso tranquilizante en la punta.
Los amigos de la princesa hablaron con el gigante y lo convencieron para que se hiciera bueno y él aprendió que tenía que ser bueno con los demás.
Luego el gigante fue bueno con la gente y un día todos se reunieron a comer en el castillo: el viborón comió gusanos, el pulpo calamares, el gigante un pavo, la princesa sopa de vegetales y el rey mazamorra. Todos compartieron el mismo postre: helado y fueron muy felices.
EL MUNDO AL REVÉS
Había una vez un pueblito llamado “Mundo al revés” porque todo lo que allí pasaba era diferente a las otras ciudades. Allí vivían Kakách que era un indio guerrero, una señora muy mentirosa y Coqueta y su hermanito menor que se dedicaban a cuidar un rebaño de arañas.
Cierto día Coqueta y su hermanito estaban cuidando a las arañas para que no las comiera Kakách porque su alimentación consistía en arañas gigantes, pero el sueño los venció y los dos se durmieron. El guerrero llegó al lugar y comió a las arañas más grandes del grupo.
El domingo la señora mentirosa fue a casa de su suegra y dijo que su gata Luna se había ido a bañar al río y que un sapo que hablaba sabía quién había comido a las arañas, que el sapo le había dicho que Kakách se había comido las arañas gigantes.
Nadie le quería creer porque ella siempre decía mentiras. Para que los vecinos comenzaran a confiar en ella fue a hablar con el guerrero y lo convenció de que no comiera más arañas.
LA SELVA DIVERTIDA DE LA VICUÑA
Había una vez una selva inmensa, gigante, con pastos amarillos y árboles muy altos con hojas rojas. Las casas de sus habitantes estaban construidas con árboles: el tronco y las paredes eran de hojas de palmeras y el techo de hojas de ombú.
Una de las familias que allí vivían estaba integrada por el padre Kakách, la esposa Kokua y sus dos hijos: Tanqui era el mayor y el menor era un duende al que llamaron Brinca Tablón. Una tarde los hijos estaban muy tristes porque no tenían mascota y su papá, que los veía llorar también se entristeció y fue a buscarles animalitos al gran pantano de la selva.
Cuando llegó al lugar se encontró con un cocodrilo feroz, terrorífico y malo, ¡sintió un escalofrío! Pero siguió buscando mascotas. Más tarde encontró a una dulce vicuña y a un alegre mono. A Kakách le dio pena llevárselos como mascotas y sacar a estos animalitos de su hogar, entonces tomó una decisión: que todos los días sus hijos fueran a visitar a los animales.
Todos se sintieron muy felices y aprendieron una gran lección: que no todos los animalitos porque son lindos y buenos se pueden llevar a vivir con las personas como mascotas y así todos vivieron felices por siempre.
LOS AMIGOS
Había una vez una selva muy grande y calurosa en el día, pero a la noche era muy fría. Allá vivían los indios en toderías y una princesa aborigen llamada Deslinda tenía un castillo alto, dorado y muy bello. Todos vivían con miedo porque un gigante malvado quería matar al cacique Jualá.
Un día formaron un grupo para luchar contra el gigante y pidieron ayuda a Peter Pan que llegó a ayudarlos acompañado de sus colaboradores: el cabrito y el elefantito Belfo.
Salieron todos a recorrer la selva y se encontraron en un lugar misterioso con el gigante. Hicieron un campamento para enseñarle a compartir.